Perderme me encanta, después de vos.
Conocí La Plata hace ocho años, meses antes de ingresar a la facultad.
En la tarde salí a caminar e inauguré mi forma de conocer la ciudad. Me perdí.
Encaré sin más para el Bosque...Y me dije:
-Siguiendo la numeración, me voy a guiar y voy a volver bien.
Pero allí la numeración desaparece. Las otras referencias también.
Y caminé. Caminé. Caminé.
Hasta que la luz por entre las ramas se anaranjó.
Me empecé a escurrir por entre los árboles.
Y salí tentando el Bosque por atrás. Rodeé el Hipódromo y de ahí por diagonal 80.
Sin saber que vivías cerca de donde pasé.
Y que después me perdería en vos.
Me perdí y no pregunté ¿por orgullo? No, porque me gustó.
Por eso alguna vez también me perdí de vos. Y siempre en vos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Déjeme decirle, señorita, que lo que usted escribe me gusta demasiado,
felicidades,
José Elías
me encantó. ¡así da gusto perderse! ;-)
Publicar un comentario