
El maquinista no entiende razones y sigue trabajando, dale que te dale con su pala mecánica, y su tronar insulta a todo el barrio.
¿Qué estarán haciendo estos?, se pregunta el pescador urbano que, a falta de metálico, le arranca sus vituallas a la desembocadura del arroyo Ludueña.
El tiempo no parece funcionar en Zona Norte. Todo es presente, pasado y futuro, un remolino indescifrable de coordenadas difusas y cansancio y políticas a la vez antiguas y novedosas.
¿Cuál es el sentido, entonces?, reflexiona el burócrata, si en una semana, o un mes a lo sumo, con la próxima tormenta, volverá a estar como ahora, sino peor...
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