domingo, 21 de septiembre de 2008

La Cumbrecita, por Juanito

Dirán que se trata de un asentamiento de inmigrantes alemanes, pero fui yo quien inventó La Cumbrecita.

Fue mi presencia la que levantó sierras de colores, arroyos transparentes y peces parlantes. Mi percepción construyó caminos fantasma, pendientes abismales y cascadas murmurantes. Mis ojos le dieron entidad a los más maravillosos arco iris que se hayan formado en cualquier rincón del mundo, y el rozar de mis dedos dotó de suavidad a pinos de cien metros de altura que esconden castillos y cuevas profundísimas, protectoras de tesoros invaluables y dragones tricéfalos.

Mis sueños dibujaron caballos gigantezcos y gente feliz.

Fue sí la naturaleza la que, celosa de mi creación, nos mandó una tormenta de granizo cuando andábamos de caminata allá por La Olla, a varios kilómetros del hotel. Mi hermanita me miraba y rogaba: -Hacé aparecer una tapera.

Mapa: Marcelo Lancellotta y Diego Vidal

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