viernes, 27 de junio de 2008

Valeria del Mar, por Duar.

Pedro soñaba con los pies metidos en el mar. Mientras el vaivén de las olas le enterraba los dedos en la arena, él soñaba. Los pies se enterraban en Valeria y la cabeza le volaba por San Juan, por el Norte, por el Sur. Pedro siempre sueña y esa es su mayor virtud. La segunda es hacer todo lo posible para cumplir todos esos sueños. Pé hablaba mientras se hacía de noche, y nosotros lo escuchábamos entre el silbido del viento y el romper de las olas en la lejanía.

Pedro, soñador de sueños imposibles, pescador de hazañas, decía que quería ponerse un hotel en algún lado; un hotelito donde pudiera trabajar mientras lo disfrutaba. Hablaba de préstamos y sociedades, de la factibilidad del negocio. De un hotel de arena que no se volaba con el viento, porque estaba hecho de trabajo y de alegría.

Ju y yo lo mirábamos encantados hasta que, asustados, volvimos a cruzar las miradas, porque los sueños de Pedro comenzaban a tomar forma y se dibujaban con trazos dorados en el horizonte. Flotaban como hologramas, con total naturalidad y a la vista de todo el mundo.

Sus vecinos, más acostumbrados, sólo atinaban a negar con la cabeza y pensar “¡cómo sueña este muchacho!”.

1 comentario:

Unknown dijo...

si todos pensaran como pedrito el mundo taria mucho mejor, exelente persona! querido por el pueblo!!! un amigazo... de fierro!!jah.. sono raro: "querido por el pueblo" ja ja.. tipo sensillo de barrio... de potrero!emprendedor, positivo, seguro, con personalidad;sino le gusta algo te lo dice, tangero!!( de tango)loco, bohemio...
aaaa me olvidaba:"FAMOSOOO"