Pedro soñaba con los pies metidos en el mar. Mientras el vaivén de las olas le enterraba los dedos en la arena, él soñaba. Los pies se enterraban en Valeria y la cabeza le volaba por San Juan, por el Norte, por el Sur. Pedro siempre sueña y esa es su mayor virtud. La segunda es hacer todo lo posible para cumplir todos esos sueños. Pé hablaba mientras se hacía de noche, y nosotros lo escuchábamos entre el silbido del viento y el romper de las olas en la lejanía.
Pedro, soñador de sueños imposibles, pescador de hazañas, decía que quería ponerse un hotel en algún lado; un hotelito donde pudiera trabajar mientras lo disfrutaba. Hablaba de préstamos y sociedades, de la factibilidad del negocio. De un hotel de arena que no se volaba con el viento, porque estaba hecho de trabajo y de alegría.
Ju y yo lo mirábamos encantados hasta que, asustados, volvimos a cruzar las miradas, porque los sueños de Pedro comenzaban a tomar forma y se dibujaban con trazos dorados en el horizonte. Flotaban como hologramas, con total naturalidad y a la vista de todo el mundo.
Sus vecinos, más acostumbrados, sólo atinaban a negar con la cabeza y pensar “¡cómo sueña este muchacho!”.
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1 comentario:
si todos pensaran como pedrito el mundo taria mucho mejor, exelente persona! querido por el pueblo!!! un amigazo... de fierro!!jah.. sono raro: "querido por el pueblo" ja ja.. tipo sensillo de barrio... de potrero!emprendedor, positivo, seguro, con personalidad;sino le gusta algo te lo dice, tangero!!( de tango)loco, bohemio...
aaaa me olvidaba:"FAMOSOOO"
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